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(De)lírico: did she jump or was she pushed?

Haz la maleta y vámonos lo antes posible. O solo antes de que nos oiga tu padre. No lo empeores, que ya nos ha visto cruzando siempre en ámbar, rozando la amargura, convirtiéndote en lastre. Pero si viene ese autobús, que nos mate a los dos que te da igual ya el parámetro desde que me dijiste -sin decirme- que te salías de la norma. No nos quiero más. Déjame creer; que las cosas sin desenlace (fin) no me gustan. Incapaz ya. Inútil hasta el plomo. Hasta los créditos y hasta el cartílago. No me gusta pensar en las cosas que quedan por pasar porque las opciones son tan injustas que me recuerdan a mí. Y mira que el nudo y el desarrollo han sido casi imposibles de sobrepasar. Pero debí haber supuesto que el capítulo 12 solo trae parálisis permanentes y cosas malas: es mi favorito. Me acorralé dentro del títere y no estoy cómoda. No hay nada que me dispense (de). Solo la pena máxima. Hasta la desintegración y más allá. Y sabes que no hay nada más terrorífico que no dejar rastro. Qui...

She wears red.

There's not a way out the path's showing itself. Let's try to hide, behind a curtain of smoke, between your wrists I feel the warmth of a stroke. Come ride with me we'll lean towards the end, we'll meet the woman in red. And you'll have to run no more, for the ages have passed and the light can no longer hit you. With her clouded eyes, with her purple smell, can't you see that she wears red?

Liquor store.

Es una lucha constante. Se me ha perdido el norte. O puede que me lo haya escondido otra vez. Jugar a ganar entre tramas perversas suele tener esta clase de consecuencias. Los prolegómenos son peores. Si fuera fácil no me haría gracia. Me muevo por ver la partida desde arriba, como un ente externo, mientras te escucho poner canciones tristes de las que nunca pones. De las que dicen más de lo que quieres que se sepa. De las que tiñen de rojo la coraza de la que has decidido hacer gala. Lo bueno es que el fracaso se me ha vuelto más acogedor que el juego. Lo bueno es que me he cavado mi propio pozo, ganándome el puesto más tranquilo sobre el tablero. Que yo sé que lo tuyo es ser rey y admiras al alfil y los movimientos entresijados de tu reina. Pero la importancia del peón la ven pocos. Nadie ve intensidad en el nudo de la historia, solo hay avidez por el desenlace. El peón es el medio directo al jaque. Es una lucha constante, una meta fuera de mi alcance.

Blindsided.

Febril. Nitrógeno. No quiero saber nada. Cuando éramos críos y la vida empezó nunca hubiera supuesto que la caída sería el trayecto. Obtuso. Hecatombe. La ignorancia es premisa. Guíate por pretéritos, predetermínanos al averno. Pues siempre hay un abismo más pronunciado que sobre el que te balanceas, siempre devolviéndote la mirada, siempre rozando el casi. Ruin. Suelo. Sería la más feliz si te quedases para el té. Deja que escuche lo que no quieres decir, deja que asuma mi plata en el podio, deja que me deje. Aromático. Ruido. No quiero hablarte más. Las gotas suenan y las gotas caen. Y no me mientas que yo al fin sé que el agua en la luna no hace ruido. Cortinas.

Oblivion.

La verdad es que a veces me olvido de admirar la calidez del instante. Es algo de lo que no me doy cuenta hasta meses -o años- después. Cuando ya es tarde. Cuando las gracias ya no se dan porque son muy de psicópata obsesiva. A lo mejor me va mejor si voy aceptando eso último como premisa para todo lo que pienso. Lo que pienso fuera de tiempo. Ahora mismo me apetece recuperar tu hombro mientras Russel Crowe escribe ecuaciones en las ventanas, de fondo, creando atmósfera. Como si te hiciera falta. De vez en cuando te dejabas querer. Me gusta hacer gala de muchas cosas. De mi capacidad para soportar enormes cantidades de dolor sin rozar umbrales críticos, de lo patosa que soy, de lo bonitos que tengo los pies o de los pocos miedos que me han tocado. Pero lo cierto es que soy una persona profundamente asustada. Miedo a los lugares demasiado iluminados, miedo a los peces, miedo a los insectos, miedo a mí, miedo a lo que no puedo analizar, pero más que a nada: miedo a no recordar. Más...

Horizonte de sucesos.

Desplázate despacio, las hipótesis son todas falsas. Pero nosotros somos la explosión. Matamos a los ojos en la cara del cielo mientras me niego a aceptar el crujido de la cocaína en tus huesos. En un instante está y al siguiente se va efímero y mortal, persistente y rapaz. Deprédame entre espinas úsate de tinta.

If I get high.

Muerta, muerta, muerta. Siempre en constante búsqueda. Ávidez por lo intuitivo. Hedonismo y narcolepsia, ponme a Chet Baker bajito que siempre mejor si puedo oírte a ti también. De nuevo los ciclos se muestran desnudos, negándose a refugiarse en zonas de penumbra emocional. ¿Sabes que solo sabes correr? Supongo que es algo más que tienes que enseñarme sin palabras. Yo pongo la pólvora, tú trae la traición.

He isn't true, he beats me too.

Permíteme que dude de tu consciencia etérea escondiéndose en mi nube. Traté de destapar lo que no querías dejar ver, y ante semejante paisaje solo supe correr. Pues es por algo por lo que lo oculto rehúye al juicio determinante de tu ojo adulto. Quizá la simplicidad resida en el medio de tu centro perdida y hundida, sumergida en un momento en el que ya no eras el guía. Pero prefiero que te vayas,  prefiero el lastre en singular. Júrame no volver, prométeme no ceder al acelerado grito del que solo sabe caer. Proclamo avaricia en un mundo sin sesos. Admiro armonías mientras chocan tus huesos. Denuncio cobardía en un mundo sin besos.

Fate.

No me hacen mucha gracia las predeterminaciones. Es como que destrozan todo a su paso. Le quitan el encanto todo a las cosas. Mirad Jesús, acabó en la cruz por una de estas. Bajo mi punto de vista, las profecías dejaron de estar de moda en el Renacimiento. Nostradamus nos dio pal pelo para qué negarlo. No sé si me hace más gracia el fin de el mundo o yo diciéndoos lo que está de moda y lo que no. De algo hay que morir ¿cierto? Que esa es otra, vaya trolas que soltaba allí el Michel -he buscado el nombre de pila de Nostradamus en Google- tanto intentar vaticinar tragedias y luego no daba ni una, se equivoca de año y de década y aún así le dábamos todo el bombo y luego nos quejábamos de que se lo tuviese tan creído, pues perdona que te diga Miki, pero yo hace diez años aún no sabía que existías y no es lo mismo poner en un examen de historia que la Revolución Francesa empezó en 1799 porque empezó diez años antes. Te prometo que no. Te lo predigo. ¿Lo vas captando? Acepta los errores...

Pólvora y traición.

Si es que, por más que intente evitarlo, la cosa va de dagas. Llevo demasiado abrazándome y ya sabéis que contenerse es siempre un error. Pero de todas formas equivocarme es lo único que sé hacer. Se dice "painting" porque arrancarse trocitos de alma y dejarlos pegados en tela o papel duele más que tú alejándote. Y eso que cada vez tardas más en volver. Aunque luego, siempre acabas trepando por mis trenzas y te encargas de aclimatar mi atmósfera. Supongo que todo ese sufrir adquiere sentido. Cáptame por partes, como a un hematoma que ya amarillea, pero no te sulfures que tampoco quiero verte arder. Te digo que estoy perdiendo el sur. Y crear también es una pésima idea porque creo que ya no sé. Solo sé retorcer palabras hasta que, sin ánimo de evitarlo, consigo que lo digan todo sin que tú te enteres. Ojalá supieras quién eres. Ojalá supiera quién soy. ¿Te imaginas encontrarte entre el mar de nubes? Imagínatelo también por mí. Puede que esta noche te deje ir.

Life doesn't mean a thing to me.

Lo bonito no quita lo tóxico. Imaginaos vivir en ese ideal en que los opuestos se complementan. En la praxis, protón y protón es más probable que la heterogénesis. A mí me gusta llamarlo "yocentrismo". Siempre me gustó inventar palabras aunque a veces no las encuentre. No sé -ni quiero saber- en qué fase estoy, pues solo supondría un cambio de preguntas; lo de que el saber no ocupa lugar me lo tomo demasiado al pie de la letra. Quisiera conocer a alguna musa que no haya nacido en el mismo sitio que todas las demás. Pero bueno, tampoco soy tan triste si te centras más en mi faceta autocompasiva. Ocupa mucho. (Breve pausa para cambio de canción). Hace unos días me vi sumergida en la dicotomía que reside en fumar tabaco de liar y no tener más que cerillas, porque solo dios sabe lo frágiles que son los mecheros en estos tiempos. No más frágiles que tu ego o que mis huesos, pero tampoco demasiado alejados de la hipérbole. Lo que es de veras hermoso es el impacto. Siempre ...

Quid.

Disruptivo pero hermoso,  estirándose para tocar los astros, caótico y morboso. Como piedras que te hunden en una sustancia que te asusta, te rehúye y aún así te reconforta. Pues no toda oscuridad es tediosa y fría y ninguna se olvida. A sangre y tinta, a fuego y cuerda. La tragedia se escribe sola y la melodía que la acompaña se entreteje con las palabras, mientras tu mente gotea dejando el rastro que te ayudará a regresar a ti. Pero nadie es nadie, y ya sabes quién ama a nadie.

Sinfónica.

Analiza y sopesa. Hechos y conclusiones han de ser complementarios. Y de la misma esencia, pues la adición entre divergencias es imperfecta para el matemático y desproporcionada para el artista. Qué será del abismo sin caída Aprieta el pulso y tira, la tendencia a un estado estático solo puede ser lírica y la poesía es aterradora, pues desentierra lo prohibido y rasga el grueso velo que oculta al ser del parecer. La luz no es necesaria si es el alma la que percibe.  El alma no existe si es la realidad la que la persigue. Incluso en la cuerda floja la voluntad persiste. Y la caída borra las definiciones del que todavía resiste. Evasión y catarsis. Hedoné te llama al mismo tiempo que Némesis completa su ciclo a tu alrededor. La víbora envenenando su propia piel y cerrando el anillo que te condena, que me condena a errar de nuevo, a subir y a caer, a rozar Zion con la yema de los dedos justo antes de nacer de nuevo. Qué será de la ambrosia sin suicida. ...

Fruta.

Es bonito mirarte aparecer, hundirte en el iris del que por suerte, te ve. Odio a mis ojos, a su forma corpórea, a su labor errónea. Odio que lo vean todo fuera de tiempo, cuando nada vale, cuando el daño está hecho. Pero me gusta cómo suenas en el recuerdo, conectando con algo más allá del centro, dando vueltas, girando, riéndote de Galileo, haciéndolo parecer polvo y atomizándolo en piezas de helio condenadas a no encajar nunca con nadie, vagando siempre unidas a sí mismas en un dúo apático. ¿Quién en su sano juicio se enfrentaría al tiempo por un burdo problema de perspectiva? Las agujas se oyen a lo lejos, son como Billie Holiday acariciándote la nuca mientras sacas esos libros muertos que solo las polillas leen. Lo que no se quiere ver, tampoco se oye, pero el regusto metálico de la sangre siempre está esperando al giro, al accidente, a la casualidad que s...

Pull me out.

Me gustan los secretos. Me gusta la exclusividad de saber lo que casi nadie sabe. Me gusta la discreción de susurrarle cosas a mi perra que comprenderá tanto como yo el arameo.  La belleza está en eso. Pero se sabe que toda luz tiene su sombra y sus cosas malas. Las sombras no son malas, yo creo que son bonitas. La luz es bastante vacía. Muchas veces no necesitas ni verla para que esté ahí. Y a veces se comporta como onda y otras como materia y mira, ya bastante tengo con aguantar mis cambios de humor como para soportar las redefiniciones de fotones aleatorios que ni conozco, ni tienen masa. Un médico me dijo una vez que una copita de vino con la comida es hasta sana. A mí me gusta con la cena también. Y los domingos con el desayuno. Merendar solo meriendo cuando estoy feliz y eso a mí me dura poco. Merendar es cosa de niños, de arena en los zapatos y de rodillas raspadas. La merienda no se recupera, solo se pierde. Como la gracia, a la mía no la he vuelto a ver desde aquel ...