Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2020

Punto y coma.

Casi todo lo malo de mi vida empieza con tu nombre. He cuidado de mí misma y de todo el mundo desde los once años, cuando aquel tipo casi se me lleva consigo a las ocho de la tarde, cuando casi me mata un coche y todos los viernes, cuando, aún ahora, consumes a mamá poco a poco. Un día caminé los dieciséis kilómetros que separan mi piso de tu casa y no estabas. Ya habías cambiado la puerta que te tiramos acelerando el coche, ahora verde oscuro, color putrefacto como tú. Te dejé una nota y te enfadaste mucho como cada vez que te dicen la verdad, imagino que eso es algo común en todos los hombres, no lo sé lo único que te debo es mi carencia de referentes. De verdad que intenté destrozarte, con todas mis fuerzas imitando tus manipulaciones, tus peripecias, tus piruetas legales; al fin y al cabo, la mitad de mí eres tú por mucho asco que eso me dé. Pero, no sé gracias a quién -o sí-, resulté no estar cortada por el mismo patrón de mierda que te compone como persona, y la tata siempre me d

Veinte años.

Te cubres las espaldas. Todo es un juego para ti.  Primero te acercaste un poquito a mí, me tentaste sin querer cogiéndome estas manos llenas de heridas, mordiscos y caídas. Cuando me quise dar cuenta estabas al lado de mi núcleo volcánico, emergente. Regías el reino en el que todo miente. Y sin querer, sin saber, te dejé pasar.  Te ofrecí una taza de té, unas galletas y todo mi poder, en plata, en bandeja. Cuando empezaste a apretarme, no quise ver las señales de mi propia hipoxia. Vi amor en el dolor, y virtud en el sufrir, fui mártir y ruiseñor, sacaba el elixir de la vida de mi propia sangre y te cocinaba tu comida favorita cada vez, la tortilla poco hecha, la carne al punto, el alma en llamas y el pecado en la pupila  que intransigente dominó todos mis nudillos, hasta la última salida. Posesión infernal de la voluntad para ser. Estás acurrucado en una esquina, dentro de mí, protegido de todo lo que se calcina. Ceniza de pies a cabeza, como escudo ineludible ante magma, lava y el i