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Mostrando entradas de agosto, 2019

Girasol.

Ay, alma mía, cómo voy a salvarte si cada vez que te miro, te tiras. Que entre terribles visiones me muevo, me desplazo, buscando lo que nunca consigo, lo que siempre es nuevo. Ay, despertares perdidos, cómo voy a buscaros, si todo lo que me dais, lo acabo desperdiciando. Cambias y cambias, de primavera a enero, desapareces de mis calles escondiéndote en mi cuello, delator, roto y muerto. Ay, luz desmedida, no me quites, por favor el veneno que  mi garganta ansía.

Over.

Soy la cara de algo roto, soy la cara de algo muerto. Me das la espalda cada vez y sigues sin titubear hacia el inevitable ocaso de lo cómodo. Soy la cara de la que huyes, soy la nuca que te atisba. Obligada a ver el daño que has hecho cada día en cada muslo, en cada pulso. Soy la cara del abandono, soy la tez del veneno. Te estoy viendo arder antes de tiempo mientras me arrancas las costras para que siga fluyendo tu opera prima. Soy la cara que me dejas, soy tú.