Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de junio, 2016

Rosyln.

Quise ser aquello en lo que ni siquiera podía creer. El fracaso se veía venir antes incluso de que existiese. Sobra decir, que horror se queda escaso. No voy a aceptar, la salvación que ofreces. En ella reside, sí, tranquilidad. Pero a un precio que no quiero pagar. A mí déjame, que ya no sirvo. Pues, algún día, mi dolor va a marcarte.

Solipsismo.

Nunca estuve, pues nunca fui de parecer más que de ser. Si las nubes flotan es porque no pueden, aunque quieran, arder. Las armonías se rompen solo si intentas hacer que vivan antes de morir. Todo inicio fluye ante una puerta cerrada que, a cal y canto, se niega a salir. No quisiera sonar a lo que no sueno, pero mi melodía no fluye, ya solo quiere sangrar. Quizá mi ritmo me permita estructurar aquello que ya ni siquiera se quiere amar. Como mi propio ser, que rehúye, a toda costa, el parecer, el ser, el perecer.

Resiliencia.

La dependencia es un tema, cuanto menos, escabroso. Si no es oxígeno es un opiáceo o un cretino integral. Lo cierto es que sabiendo lo que se sabe, la libertad no es más que una mera utopía, reducible y comparable con los sueños y desvaríos de Bakunin. Odio la utopías, tienden a despertar adicción en mí. Las odio, pues yo soy distópica y por mucho que os lo digan, los opuestos no se atraen. No quieren atraerse. Pero aún así, su voluntad se pulveriza. Pues la existencia de uno depende de la del otro. ¿Entendéis lo que os digo? Y aún así, albergo esperanza. Si me preguntáis cuál es el verdadero cáncer de esta nuestra hermosa suciedad, os diría que la esperanza es la metástasis personificada: no esperéis nada, porque nada nunca llega. Solo quedan los enlaces. La covalencia que estableces con tu entorno. Tu cohexistencia se ve ligada a cada pequeña brizna de hierba que pisas con desdén. No eres libre. Ella te domina. Y a mí, me condena .