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Mostrando entradas de noviembre, 2017

Clavículas.

Me digo siempre las cosas primero a mí misma. Siempre las mismas cosas. Siempre en el mismo espejo. Acto seguido, te las digo a ti, en el reflejo de lo que te enseño y lo que me dejo. Tengo las uñas más largas que nunca, lás costillas más apretadas que antes, muchas cosas me las he dejado en ti y todas las demás han cambiado, se han adaptado a la adversidad que reside en confiar, en necesitar solo de lo que falta. Se me vacía el estómago por pensarte, estoy matándonos para que se me vaya la mente en hablarte. Aléjate de las líneas de fuego, de las esdrújulas limitantes pero quédate cinco minutos más cantando al escucharte. Voy a encender otro cigarrillo, espero de verdad que no me estés oyendo. Quiero saber qué harías si todo volviese a ti, si todos los equilibrios que rompes, se vengasen a la vez precipitando también a tus hombros hacia la peligrosa proximidad del subsuelo. Estoy enamorada de los hombres que se mueren, de las mujeres que renacen, de lo q

Caleidoscópica

Me invento sentimientos dentro de mi cabeza que no existen, pero que sí se sienten. Es todo siempre un proceso de deducciones extenuantes, inútiles, vacías y que no llegan a ningún puerto. Solo saben quedarse estancadas, arremolinadas, siempre cerca y nunca lo suficiente. Que me da a mí que voy a tener los pies helados para siempre. Que ocultarme de todo es un escudo imaginario. Me gustarían muchas cosas. Verte aparecer en el preciso instante en que la copa se vacía. Parecer siempre distante, fría, pero a la vez expectante ante un posible cambio que nunca llega. Y quedarme a hablar. Pero de nuevo hay alguien más escuchándonos. Mejor llama a emergencias, que mi consciencia me retiene como rehén.

Miss Misery

Me torturo a mí misma de muchas maneras. A ti pues harina del mismo costal, pero no te das cuenta. Nunca. De nada. Eres como el leño de la señora de Twin Peaks solo que tú tienes codos y hablas un poquito más que él. El problema es que dices muy pocas cosas y conmigo es sustancia o nada. La calma es para los malos. Decidir es limitarse -aunque tú eso lo sabes mejor que yo-, definirse también y a eso vengo: a cuestionarme qué me define y por qué. ¿Qué permito que sea determinante? Porque si una cosa está clara es que, por desgracia, mis preferencias en lo que a bebidas espirituosas respecta, no son un detalle muy descriptivo (vino). Yo esta noche quería dormirme tempranito y mira lo que me haces hacer. ¿Qué de todo lo que soy es algo mío? ¿Qué he absorbido tanto que se parece a mí? ¿Cuántas capas tiene mi cebolla interna y cuántas están contaminadas? Quiero borrar mi vida toda y hacerme experimento social y encontrar respuestas para preguntas que, de ser así, no me habría plan

Between the bars

Sueño con morirme desde que tenía 13 años. No confío en nadie que no contemple su propia insignificancia existencial más de dos veces al día. O a la noche. Sueño con saber lo que sé sin acarrear las consecuencias que conviven con ello, pero sácame de casa esta noche, que lo llevo mal y voy a fingir agradecérselo todo a ese mechero amarillo tuyo. Sueño con empezar de nuevo, ya sea en la inexistencia o con una identidad falsa y una cara nueva. O con otra esencia. Puede que hasta siendo una de esas personas felices y funcionales que tienen buen humor por la mañana y van a una clase de pilates para descargar tensiones. De las que escuchan música alegre y bailan swing. De las que dices odiar pero que la praxis te refuta. Sueño con las cosas que podrías hacer, que no harás, pero que podrías. Sueño conmigo siendo y no estando. Sueño con la mecha sin incendio. Sueño con la pólvora sin explosión. Sueño contigo sin traición. Sueño con vidas paralelas. Sueño con que suenes. Sueño con v

Diatriba

Me lo he pasado bien, desangrándome desde el primer acto. Pies pequeños, labios rotos, la esencia de un instante perdida en el mar de tus antojos Eres luz pura, no permitas que te consuma mi lectura, que te diluya las capas, dejando tu armadura en las manos de lo que nunca dura, de lo que siempre dudas. ¿En qué estaría pensando cuando no te dije adiós? Te gotean los ojos, se te ramifica el alma y solo estoy yo para verlo. Demasiadas butacas llenas en las películas que creas y demasiadas vacías en las que vives. Creo que he descubierto el color perfecto, está a medio camino, entre el que te imaginas y el que es. Brisas de invierno en tonos fríos, olor a fuego. Quiero que la niebla te cubra, que no me deje verte ni siquiera cuando me empeño en encontrarte siempre hiriente, siempre afilado. Estoy a punto de volver a darle al play, pero peor. ¿Tendré alguna vez la oportunidad de verte entender?

Vientos de Otoño.

Una puede encontrarse odiando lo que todos aman. En esta clase de aprietos es preferible que no opines, pero si te obligan a confesar: no lo hagas. Es mejor vivir siempre tranquilita, escondida bajo la mentira y aterrorizada por ese fatídico día en que metas la pata y se te descubra el pastel. Todo esto te lo enseñan en primero de "cómo hacer de tu vida una farsa". Es troncal. Aunque el verdadero secreto me parece, más bien, cómo conseguir lo contrario. Eso no te lo explican ni en Youtube. Odiar es fácil. Querer duele más, pero también es fácil. Querer está más allá del bien y del mal. La verdadera dicotomía es hacer ambas cosas a la vez y la realidad es que, quitando las alcaparras, me pasa con todo. Pero hay algo mucho más difícil de llevar que todo esto. Y es que el vacío, por tentador que parezca mirándolo bajo la perspectiva del pánico al sentir, no se anda con chiquitas. El vacío es corrosivo. El vacío es difícil. Menos mal que no sabes de qué estoy hablando porq