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Mostrando entradas de noviembre, 2018

Acacia.

Parte de mí se quedará siempre contigo, rindiendo pleitesía a tu esternón. No sigue ya mis órdenes, y de tanto invocarla he perdido la voz. Como un brazo amputado, dando coletazos incluso cuado la sangre no fluye por él, así eres y así soy. Sedientos y ojerosos, en busca de lo que solo trae desgracias, de las vides y de las sentencias. Y mientras me digo lo mismo cada mañana, tú me preguntas que qué será de mí si ni el fuego para esta hemorragia.