Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de julio, 2018

Cristal

Me voy a querer ir. Pronto. Diluirme como el humo que te sale de los poros. Despiértate. Te estás ahogando. Despégate de la irritante ausencia de tu ruta. Antes de que se desaten los infiernos, conseguiré decirte que inspirar es tu fuerte, que si consigues también que el aire escape, dejarás de arder. Cantaré siempre las mismas canciones. Esperando que algo cambie. Sin que yo tenga que actuar como variable. Voy a juntar piezas de nuevo. Necesito que encajen. Siempre. Incluso cuando no quieren hacerlo. Tu pulmón izquierdo hace más ruido que tu corazón derecho que, avizor, espera la incesante caída de Sísifo. Como una lombriz que se retuerce de forma errática, condenada a solo saber parar cuando debe bailar. Tus sonidos ya no me curan.

I see darkness.

Veo morir a todo el mundo antes de tiempo. Después del primer apretón de manos -ese que lo determina todo-, ya estoy pensando en el color del que se tornará tu piel cuando la sangre no corra por debajo de ella. Y ahora que lo pienso, estar vivo no te sienta bien. Lidias mal con todo y le tienes pánico a la inestabilidad. Y yo te digo: no hay nada más estable que un foso; a no ser que vivas en Nueva Orleans que no es el caso y aquí tornados tampoco hay. Qué miedo cadáveres volando. Y más el tuyo. Mal augurio asegurado. Un día de estos tienes que confirmarme que te gustan las margaritas y los tulipanes. Que con ese aire de optimista elitista de mierda que llevas, seguro que son tus flores favoritas. La gente que se incinera me cae bien. Suficiente explotación laboral sufren los descomponedores primarios ya. Y la tierra no necesita más mierda, así que podría ser una buena opción en tu caso. Y las cenizas por el retrete como en la peli esa. No hay tumba que pueda mantenerte bajo tie

Cheers

Tus palabras hierven y se van como vapor, mientras tanto, yo sigo intentando cogerlas con las manos desnudas y ardiendo por el mero placer que reside en reproducirlas cuando ya ni tú creas en ellas. Considérame enemiga hasta que hagas un movimiento arriesgado, una nota, en lo aparente, vacía, pero que resuelve la tensión mejor que yo. También a ti te llegará el momento de decidir entre lo fácil y lo real. Yo voy a quedarme esperando un rato más, aunque no sé muy bien en qué lugar me deja eso.