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¿Quién?

Suenan,

no las ves.

Hace tiempo que se fueron

a sitios con más gente,

con más luz,

con más.


¿Es esto vivir?

Ver a otros avanzar mientras tú 

sigues

siendo la red que espera

para salvar,

de fatídico golpe mortal,

la nuca de quien solía acunarte.


Ya no te miran,

ya no te ven,

escurridizas son sus mentes

cuando se escudan en su nuevo lugar,

donde no hay 

ya hueco 

para nadie más.


Y tú,

no has dejado de ser quien siempre acude

al llamado 

de quien necesita aire,

calor,

amor,

odio,

dolor,

sabor.


Quizá debas buscar tú también,

un pequeño rincón donde todo funcione.

Donde no hagan falta calzadores ni imperdibles.


–Quizá deba crearlo,

utilizaros a todos como combustible,

veros arder por una vez desde el otro lado

mientras 

con mi jaula ignífuga

me deshago de todo resto de humanidad

que algún día

me hizo madre,

mujer

y amiga–.

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