Ir al contenido principal

Boreal.

Soy casa para ti,
soy la luz verde al otro lado del lago.
Como guía y como faro,
refugio a todos excepto a mí.

Sangro a destempo,
la hiedra corre por dentro de mis venas
intentando colonizar lo poco que has dejado sin mácula,
bajo hipnosis y rabia.

Entre tus costillas vivo yo,
y aunque no puedas oírme -nunca-
siempre canto contigo,
escuchando las únicas partes de ti que solo se sienten desde dentro.

Me ahogo cada vez que lloras,
incluso cuando no te dejas,
incluso cuando no lo notas.

Tu conciencia es un hierro al rojo vivo,
que desvía a todo lo que intenta entrar
menos a mí.
Yo ya estoy dentro.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Quién?

Suenan, no las ves. Hace tiempo que se fueron a sitios con más gente, con más luz, con más. ¿Es esto vivir? Ver a otros avanzar mientras tú  sigues siendo la red que espera para salvar, de fatídico golpe mortal, la nuca de quien solía acunarte. Ya no te miran, ya no te ven, escurridizas son sus mentes cuando se escudan en su nuevo lugar, donde no hay  ya hueco  para nadie más. Y tú, no has dejado de ser quien siempre acude al llamado  de quien necesita aire, calor, amor, odio, dolor, sabor. Quizá debas buscar tú también, un pequeño rincón donde todo funcione. Donde no hagan falta calzadores ni imperdibles. –Quizá deba crearlo, utilizaros a todos como combustible, veros arder por una vez desde el otro lado mientras  con mi jaula ignífuga me deshago de todo resto de humanidad que algún día me hizo madre, mujer y amiga–.

Hecatombe.

Y como todo lo que se ama, solo podía alejarme de ella. Aunque lo cierto es que es complejo, complicado, alejarse de uno mismo. Pues soy la brisa de aire fresco, que desata sus carcajadas tristes. Sé que si intento sacarla de mí, solo voy a conseguir perderme. Sé que si dejo de necesitarla, nunca jamás volveré a encontrarme. De ella, derivo yo. Ella oniria, yo insomnia. Sin -mi- vida, muero, sin -mi- luz, perezco.

Blindsided.

Febril. Nitrógeno. No quiero saber nada. Cuando éramos críos y la vida empezó nunca hubiera supuesto que la caída sería el trayecto. Obtuso. Hecatombe. La ignorancia es premisa. Guíate por pretéritos, predetermínanos al averno. Pues siempre hay un abismo más pronunciado que sobre el que te balanceas, siempre devolviéndote la mirada, siempre rozando el casi. Ruin. Suelo. Sería la más feliz si te quedases para el té. Deja que escuche lo que no quieres decir, deja que asuma mi plata en el podio, deja que me deje. Aromático. Ruido. No quiero hablarte más. Las gotas suenan y las gotas caen. Y no me mientas que yo al fin sé que el agua en la luna no hace ruido. Cortinas.