Tus miedos son reales.
Tus miedos son reales.
Tus miedos son reales.
Me torturo,
siempre.
En pasado, presente
y futuro.
No quiero decirte esto.
No quiero decirte esto.
No quiero decirte esto.
Lates como el cáncer
informando de que estás donde estás
cuando toda cura se vuelve letal.
Hablar es barato.
Barato.
Barato.
Brillas por tu ausencia,
eres un cuchillo
que roza con su filo
el ennegrecido hilo
que te sostiene en vilo
ante el profundo abismo
que separa al que muere
de lo vivido.
Quiéreme.
Quiéreme.
Quiéreme bien.
Te lo contaré todo
cuando mis pestañas atraviesen,
húmedas y frías,
la fina tela del sudario
que fallará en cumplir su por qué.
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