Te vas a derretir,
siento haberte traído hasta aquí.
Sé que mis sienes van a ceder un día de estos,
la presión llegará a ser insoportable,
como una hoguera en una bola de cristal
produciendo más calor del que el vidrio acepta.
Te estás deshaciendo,
no pretendía hacerte tanto daño.
Basta que deje de quererme azul,
para que Ezis y Ápate se agarren a mis muñecas de nuevo.
El crescendo
sufre la condena de ser lo único que entiendo.
Te has convertido en trozos,
¿sabes que no vas a volver a encajar?
Dentro de no mucho,
el cielo y las nubes caerán,
y te aplastarán contra el suelo
y solo entonces tus pies entrarán en mis zapatos.
Me gusta poner a prueba la lealtad como valor,
por eso camino siempre de mi mano.
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