Quise ser aquello
en lo que ni siquiera podía creer.
El fracaso se veía venir
antes incluso de que existiese.
Sobra decir,
que horror se queda escaso.
No voy a aceptar,
la salvación que ofreces.
En ella reside, sí,
tranquilidad.
Pero a un precio
que no quiero pagar.
A mí déjame,
que ya no sirvo.
Pues, algún día,
mi dolor va a marcarte.
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