Ir al contenido principal

Capricornio.

Llega un punto en el que todo lo que tienes alrededor, te obliga a crecer. 
Nadie merece ver el reflejo de su propia infancia hecha polvo ni, mucho menos, lidiar con las conductas de un niño. 
A pesar de que no parece valer la pena, cambiar de perspectiva el tablero, es siempre la mejor opción para no perderse el momento que estás viviendo. Para que no pase lo mismo que cuando eras feliz raspándote las rodillas con la arena del parque y no lo sabías.

Siempre hemos ido adaptando el medio a nosotros. Desde la primera chispa, desde la primera rueda, desde el primer intercambio de fluidos. Por eso te incomoda tanto que te lleven la contraria cuando no tienes razón. Por eso la rabieta. Por eso la barbilla bien alta compensando la moral inexistente que, te prometo, solías tener.
La vida sin principios es mejor no vivirla.

Quiero pensar que algún día seremos viejos y tendremos muchas historias que contar aunque sea imposible con esta tónica predominante que se basa en aplastar y pisar todo lo que intenta florecer cerca de ti.
Ni todas las tormentas del mundo concentradas en tu pequeño jardín serían suficientes para hidratar la tierra que salas sin pausa. 

Regocíjate si quieres.
Tenemos calefacción y ya no hay que trabajar la tierra para tener los mejores tomates sobre el pan. Ya no hay siete variedades de pimientos en conserva en la despensa. Ya no hay tardes de salir corriendo de ballet, natación o gimnasia rítmica hacia los brazos de Melchor. El rey mago y mi abuelo. Cada viernes caluroso me llevaba a la Ibense y me compraba un cucurucho con media bola de mantecado y media bola de fresa. Y yo me ponía perdida mientras le escuchaba contarme sobre cómo no hizo la mili o como defraudar y traicionar a la gente que te quiere es el pecado más intolerable que existe. 
Que existes.

Y que ahora solo pido tarrinas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ego sum mors.

¿Es tan diferente?  De una prisión sin barrotes la vida en cursiva sin distracción posible ante el azote del deber, del seguir. Sentencia sin término  y luz sin incendio este fuego quema,  invisible y sin llamas efímero y enfermo. No me quisiste al principio, yo tampoco al final pero el tiempo nos maldijo y no fuimos quien de olvidar el susurro mortal de tu piel contra mi sed.  La redención del inocente que patada tras patada, escondido llora sin prisa, sin demora. Nunca escapará tu voz de este estruendo la mía te sigue sin mirar atrás hacia la elegía de nuestro duelo. No me quisiste al principio, yo tampoco al final pero el tiempo nos maldijo y no fuimos quien de olvidar el susurro mortal de tu piel contra mi sed. 

Asphodelus.

I know you see me, you've seen me undiluted in this salty sheets never to be heard, or loved, or believed. Blue, blue used to be your word, your prohibited glare of confusion, now it's blank, bland,  the death of illusion, the awaited lack of delusion. I once allied to the light, like a moth to your flame, hypnotized by the beauty that lingers in the ashes, ashes you dared to call yours when, in reality, they where these very wings torn apart, burnt, beneath the brutal smell of this breeze that won't kill me, nor free you. Red, my hands, my arms,  my neck, my body, wrecked, only debris to be carried away by your careless blows, punches of ignorance, expecting me to fall  again, right into your bed, too broken,  too silly,  too narrow. But I've found myself again,  right where I belong, in the center of this vortex, the eye of the hurricane, where all my voices sound at once, where all my senses come to fight, we are here, we hear the brittle pieces of your ...

Pólvora y traición.

Si es que, por más que intente evitarlo, la cosa va de dagas. Llevo demasiado abrazándome y ya sabéis que contenerse es siempre un error. Pero de todas formas equivocarme es lo único que sé hacer. Se dice "painting" porque arrancarse trocitos de alma y dejarlos pegados en tela o papel duele más que tú alejándote. Y eso que cada vez tardas más en volver. Aunque luego, siempre acabas trepando por mis trenzas y te encargas de aclimatar mi atmósfera. Supongo que todo ese sufrir adquiere sentido. Cáptame por partes, como a un hematoma que ya amarillea, pero no te sulfures que tampoco quiero verte arder. Te digo que estoy perdiendo el sur. Y crear también es una pésima idea porque creo que ya no sé. Solo sé retorcer palabras hasta que, sin ánimo de evitarlo, consigo que lo digan todo sin que tú te enteres. Ojalá supieras quién eres. Ojalá supiera quién soy. ¿Te imaginas encontrarte entre el mar de nubes? Imagínatelo también por mí. Puede que esta noche te deje ir.