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Girasol.

Ay,
alma mía,
cómo voy a salvarte
si cada vez que te miro,
te tiras.

Que entre terribles visiones me muevo,
me desplazo,
buscando lo que nunca consigo,
lo que siempre es nuevo.

Ay,
despertares perdidos,
cómo voy a buscaros,
si todo lo que me dais,
lo acabo desperdiciando.

Cambias y cambias,
de primavera a enero,
desapareces de mis calles
escondiéndote en mi cuello,
delator,
roto
y muerto.

Ay,
luz desmedida,
no me quites,
por favor
el veneno que  mi garganta ansía.

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