Quisiera ser capaz de despegarme
el desarraigo es la meta
más aún desde que lo dejé todo ahí abajo contigo,
desde que destruí el medio y el preludio,
dejando de perder tiempo y centrándome en los principios,
y en tu final.
Me gustaría desahuciarte,
tirarte al agua,
sin pensar en hasta dónde puedes salpicarme,
verte desembocar en el mar y enredarte con las algas
comprobar, al fin, que ni siquiera la muerte puede
morir.
Calada y trago,
la barbilla hacia arriba
a más velocidad que una canción por párrafo,
más rápido de lo que huyes;
quítame las gafas y desnúdame
mientras me dices lo de siempre
porque
mientras tú mismo te encarcelas,
yo sigo siendo aire.
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