Crisantemo.
No te lo pierdas,
tiemblas y te retuerces como una lombriz sobre el asfalto en pleno agosto,
perdido y sin rumbo,
dándolo todo y perdiendo más.
Todo va de ti,
no hay tablero porque el tablero eres tú
aunque ni siquiera te hayas parado a cuestionarte,
aunque la nada siga avanzando sin ti.
Puedo evadirme y escaparme,
apagar y encender partes de mí,
dejándome a mí
y dejándome a ti.
Pero esto tiene que morir,
tiene que parar,
que quedarse debajo de alguien que no seas tú.
Y puede que ella llore,
y puede que me desquicie,
¿pero por qué tienes que mentirme y no vengarte hasta que no cosechas lo que siembras?
Y puede que ella resurja,
y reclame el suelo que ocupas,
el aire que usurpas,
el vacío que irradias.
Y puede que ella se me lleve consigo,
¿pero qué sentido tiene bailar con zapatos?
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