Permíteme que dude
de tu consciencia etérea
escondiéndose en mi nube.
Traté de destapar
lo que no querías dejar ver,
y ante semejante paisaje
solo supe correr.
Pues es por algo por lo que lo oculto
rehúye al juicio determinante
de tu ojo adulto.
Quizá la simplicidad resida
en el medio de tu centro
perdida y hundida,
sumergida en un momento
en el que ya no eras el guía.
Pero prefiero que te vayas,
prefiero el lastre en singular.
Júrame no volver,
prométeme no ceder
al acelerado grito del que solo sabe caer.
Proclamo avaricia
en un mundo sin sesos.
Admiro armonías
mientras chocan tus huesos.
Denuncio cobardía
en un mundo sin besos.
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