Ir al contenido principal

Agua.

No me pasaba desde hace mucho, pero con el último cigarrillo, he visto las cosas con claridad.

Primero, somos al hábito lo que el hábito a nosotros. Me sigue sorprendiendo mi entorno y que se me rice el pelo solo en primavera, pero todo parece ser mutuo y con una relación de causa y efecto. Tú y yo a parte, la segunda ficha siempre se cae cuando empujas a la primera y, bueno, sin irme más por las ramas, no vas a ser lo que podrías ser por mucho que debieras hacerlo. Y yo no puedo hacer nada por que cambies tus zapatos por los míos. Es inútil. Como el nombre que nos he puesto. Como ver vida más allá de Ío.

Segundo, tengo todo lo que hace falta para funcionar, pero no funciono. No del todo.
Es como si alguien hubiera triturado todo lo que tengo por debajo de la piel y me hubiese echado del nido, de forma cruel, antes de que la oportunidad de aprender a volar me hubiese sido dada. Y lo que iba a ser alondra, se quedó en gusano. 
No hay lugar para el azul entre tanta tierra.

Tercero, nada justifica que no me quede vino en la nevera y nada le da sentido al pánico que me devuelve el espejo ante la idea de salir. Todo es una conducta adquirida.
Incluso tú, bebé.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ego sum mors.

¿Es tan diferente?  De una prisión sin barrotes la vida en cursiva sin distracción posible ante el azote del deber, del seguir. Sentencia sin término  y luz sin incendio este fuego quema,  invisible y sin llamas efímero y enfermo. No me quisiste al principio, yo tampoco al final pero el tiempo nos maldijo y no fuimos quien de olvidar el susurro mortal de tu piel contra mi sed.  La redención del inocente que patada tras patada, escondido llora sin prisa, sin demora. Nunca escapará tu voz de este estruendo la mía te sigue sin mirar atrás hacia la elegía de nuestro duelo. No me quisiste al principio, yo tampoco al final pero el tiempo nos maldijo y no fuimos quien de olvidar el susurro mortal de tu piel contra mi sed. 

Legión

Nadie navega por la calma del otro, del movimiento nacen las tormentas, estremecimiento irresistible de la misma tierra que domina tus pasos. Ego sum bellum! Nadie sabe a lo que se enfrenta, y sin más, emprenden cálidas idas que terminan en gélidas venidas. Ego sum bellum! Nadie puede verte subir si su propio ascenso  es la neblina misma que cubre sus ojos. Ego sum bellum! Nadie desafía a la misma muerte que robará de tus labios tibio suspiro, término de una vida fatal. Ego sum bellum!  Porque mis células, ya no están en tus células. Y tus dedos nunca han tocado mi sed.

Pólvora y traición.

Si es que, por más que intente evitarlo, la cosa va de dagas. Llevo demasiado abrazándome y ya sabéis que contenerse es siempre un error. Pero de todas formas equivocarme es lo único que sé hacer. Se dice "painting" porque arrancarse trocitos de alma y dejarlos pegados en tela o papel duele más que tú alejándote. Y eso que cada vez tardas más en volver. Aunque luego, siempre acabas trepando por mis trenzas y te encargas de aclimatar mi atmósfera. Supongo que todo ese sufrir adquiere sentido. Cáptame por partes, como a un hematoma que ya amarillea, pero no te sulfures que tampoco quiero verte arder. Te digo que estoy perdiendo el sur. Y crear también es una pésima idea porque creo que ya no sé. Solo sé retorcer palabras hasta que, sin ánimo de evitarlo, consigo que lo digan todo sin que tú te enteres. Ojalá supieras quién eres. Ojalá supiera quién soy. ¿Te imaginas encontrarte entre el mar de nubes? Imagínatelo también por mí. Puede que esta noche te deje ir.