Estamos igual de podridos,
pero el destrozo es bonito.
Te pegas como la sarna, como los chicles y los dejes,
actúas como disolvente a conveniencia,
evitando riesgos y rasguños cuando a mí,
no lo evito,
me gusta mancharme,
pisar sobre granito solo para descubrir el barro que te sostiene.
Babel se vino abajo por ego y no por cimientos.
Baila, baila, baila,
baila sabiendo que nunca se te desordenarán las entrañas;
lo que no se tiene no se rompe.
Guíñame,
estaré mirando a la luna solo para verte a ti.
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