Ir al contenido principal

Fate.

No me hacen mucha gracia las predeterminaciones. Es como que destrozan todo a su paso. Le quitan el encanto todo a las cosas. Mirad Jesús, acabó en la cruz por una de estas.
Bajo mi punto de vista, las profecías dejaron de estar de moda en el Renacimiento.
Nostradamus nos dio pal pelo para qué negarlo. No sé si me hace más gracia el fin de el mundo o yo diciéndoos lo que está de moda y lo que no. De algo hay que morir ¿cierto?
Que esa es otra, vaya trolas que soltaba allí el Michel -he buscado el nombre de pila de Nostradamus en Google- tanto intentar vaticinar tragedias y luego no daba ni una, se equivoca de año y de década y aún así le dábamos todo el bombo y luego nos quejábamos de que se lo tuviese tan creído, pues perdona que te diga Miki, pero yo hace diez años aún no sabía que existías y no es lo mismo poner en un examen de historia que la Revolución Francesa empezó en 1799 porque empezó diez años antes. Te prometo que no. Te lo predigo. ¿Lo vas captando? Acepta los errores.
Pero no te vengas abajo. Creo que la clave está en que le des un enfoque diferente a tu trabajo. Explica cosas más simples o dictamina acontecimientos más banales porque tanto apocalipsis cansa. Un poquito vale, pero los cántaros se rompen de tanto ir a la fuente. Aquí la única autorizada para repetirme con mis ansias de inexistencia soy yo.
Ahora explícame por qué el ácido sabe ácido y cómo se sabe si algo que sabe ácido es actually ácido. Quiero respuestas. Deja de coaccionarme con predecirme tragedias que ya voy servida para dos vidas.
Y tú, mira, tú que te empeñas en decirme lo que quiero y lo que no porque, como es obvio, lo sabes mejor que yo y a mí me conviene hacerte caso debido a mi escasez de juicio, a ti te vaticino escribir frases motivacionales hasta el fin de tus días.
Qué fatalista. Soy Nostradamus.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ego sum mors.

¿Es tan diferente?  De una prisión sin barrotes la vida en cursiva sin distracción posible ante el azote del deber, del seguir. Sentencia sin término  y luz sin incendio este fuego quema,  invisible y sin llamas efímero y enfermo. No me quisiste al principio, yo tampoco al final pero el tiempo nos maldijo y no fuimos quien de olvidar el susurro mortal de tu piel contra mi sed.  La redención del inocente que patada tras patada, escondido llora sin prisa, sin demora. Nunca escapará tu voz de este estruendo la mía te sigue sin mirar atrás hacia la elegía de nuestro duelo. No me quisiste al principio, yo tampoco al final pero el tiempo nos maldijo y no fuimos quien de olvidar el susurro mortal de tu piel contra mi sed. 

Legión

Nadie navega por la calma del otro, del movimiento nacen las tormentas, estremecimiento irresistible de la misma tierra que domina tus pasos. Ego sum bellum! Nadie sabe a lo que se enfrenta, y sin más, emprenden cálidas idas que terminan en gélidas venidas. Ego sum bellum! Nadie puede verte subir si su propio ascenso  es la neblina misma que cubre sus ojos. Ego sum bellum! Nadie desafía a la misma muerte que robará de tus labios tibio suspiro, término de una vida fatal. Ego sum bellum!  Porque mis células, ya no están en tus células. Y tus dedos nunca han tocado mi sed.

Pólvora y traición.

Si es que, por más que intente evitarlo, la cosa va de dagas. Llevo demasiado abrazándome y ya sabéis que contenerse es siempre un error. Pero de todas formas equivocarme es lo único que sé hacer. Se dice "painting" porque arrancarse trocitos de alma y dejarlos pegados en tela o papel duele más que tú alejándote. Y eso que cada vez tardas más en volver. Aunque luego, siempre acabas trepando por mis trenzas y te encargas de aclimatar mi atmósfera. Supongo que todo ese sufrir adquiere sentido. Cáptame por partes, como a un hematoma que ya amarillea, pero no te sulfures que tampoco quiero verte arder. Te digo que estoy perdiendo el sur. Y crear también es una pésima idea porque creo que ya no sé. Solo sé retorcer palabras hasta que, sin ánimo de evitarlo, consigo que lo digan todo sin que tú te enteres. Ojalá supieras quién eres. Ojalá supiera quién soy. ¿Te imaginas encontrarte entre el mar de nubes? Imagínatelo también por mí. Puede que esta noche te deje ir.