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Misery.

No sé qué escribir...

Las musas se han tomado la licencia de ignorarme.

Y a mí, como siempre, me quedan mis dos infinitas opciones.

Renovarse o morir, dicen.

En mi caso, llevo dos horas haciendo apología al más puro hedonismo -interpretad esto como más os convenga, cualquier extrapolación puede llegar a ser tremendamente precisa-, y me siento vacía.

Seguís sin saber mis dos posibles vías de escape, ¿no?

Dejadme que os aburra un poquito más con mi insignificante existencia.

Creo que ya no conozco a nadie; o al menos, ya no tan bien como antes.
Se me escapan detalles que con la ausencia previa de Lucifer en mi sangre, solían resultarme evidentes.

¿Os habéis fijado en que nunca he publicado un texto optimista?

Es curioso.

Ira o locura.

Irme o permanecer.

Suicidio o lanzar mi último naipe sin nada que me asegure la victoria.

Comentarios

  1. He llegado aquí por mera curiosidad desde tu tw y, ¡me encanta esta entrada!

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